Bruselas es una ciudad que revela su encanto mejor a pie, tejiendo a través de una arquitectura impresionante, monumentos históricos y exuberantes parques. Para quienes estén dispuestos a explorar, he aquí un recorrido a pie perfecto que recorre los lugares imprescindibles de Bruselas en un día inolvidable.
Empieza el día en la Grand Place, la plaza más emblemática de Bruselas y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Rodeada de gremios con fachadas ornamentadas y coronada por el majestuoso Ayuntamiento, esta plaza encarna la singular mezcla de arquitectura gótica y barroca de Bruselas. Tómate un momento para empaparte de la belleza de esta plaza: es el punto de partida perfecto para tu día de descubrimientos.
Mientras estés en la Grand Place, no puedes perderte el Ayuntamiento. Construido en el siglo XV, su intrincado diseño y su altísima aguja lo convierten en una de las estructuras más impresionantes de Bruselas. Si tienes tiempo, considera la posibilidad de unirte a una visita guiada para ver el impresionante interior y conocer su historia.
Desde la Grand Place, es un paseo rápido visitar el pequeño icono descarado de Bruselas: Manneken Pis. Esta pequeña estatua de bronce de un niño orinando es inesperadamente popular entre los turistas, ¡y su vestuario cambia a diario! Originalmente pensado como fuente pública de agua, ahora es un símbolo del espíritu extravagante y juguetón de Bruselas.
Dirígete al Jardín del Monte de las Artes, un hermoso espacio urbano ajardinado con cuidados setos, coloridos parterres y diseños geométricos. Este parque elevado ofrece una impresionante vista panorámica de Bruselas, con las agujas del Ayuntamiento a lo lejos. Es el lugar perfecto para descansar, contemplar las vistas y hacer unas cuantas fotos antes de seguir adelante.
A poca distancia a pie, encontrarás el Museo de Instrumentos Musicales (MIM). Ubicado en una obra maestra del Art Nouveau, el museo es una fiesta para los sentidos, con más de 8.000 instrumentos de todo el mundo expuestos. Mientras paseas por las exposiciones, utiliza los auriculares que te proporcionan para escuchar grabaciones de estos fascinantes instrumentos. No te pierdas la cafetería de la azotea, que ofrece una vista espectacular de la ciudad.
Desde el MIM, dirígete a los Museos Reales de Bellas Artes, visita obligada para los amantes del arte. Esta colección incluye obras de maestros belgas como Magritte y Bruegel, y abarca desde piezas clásicas a contemporáneas. Con seis museos bajo un mismo techo, es un lugar en el que fácilmente podrías pasar horas, pero incluso una breve visita te dejará inspirado.
Continúa tu paseo hasta el Palacio Real, el palacio oficial del rey belga, aunque no su residencia real. El palacio está abierto al público durante los meses de verano, lo que permite a los visitantes echar un vistazo a los grandes salones y la decoración regia. Pasea por su hermosa fachada y disfruta de los jardines circundantes, que añaden una elegancia señorial a la zona.
Justo enfrente del Palacio Real, encontrarás el Parque de Bruselas, un encantador espacio verde perfecto para pasear tranquilamente. Su trazado simétrico, salpicado de fuentes y estatuas, crea una atmósfera apacible. Si estás de visita en los meses más cálidos, es posible que veas músicos callejeros o actos locales en el parque, lo que añade un toque animado a este entorno sereno.
A continuación, dirígete a la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, una impresionante catedral gótica con techos altísimos e intrincadas vidrieras. La imponente arquitectura de la catedral la convierte en uno de los monumentos más impresionantes de la ciudad, y es el lugar tradicional de bodas y ceremonias reales. Entra para admirar la gran nave y las vibrantes ventanas que cuentan historias bíblicas.
Por último, termina tu visita en la Galerie Royale Saint Hubert. Esta elegante galería comercial, construida a mediados del siglo XIX, es una de las más antiguas de Europa. Su techo de cristal arqueado y sus detalles ornamentados te harán sentir como si retrocedieras en el tiempo. Echa un vistazo a las boutiques de lujo, deléitate con el chocolate belga de uno de los chocolateros de alta gama, o disfruta de un café en una cafetería mientras contemplas el ambiente de esta impresionante galería.