Casco Antiguo de Barcelona 1: Barrio Gótico

El Barrio Gótico es, junto con el Born, el corazón más antiguo de Barcelona. Calles estrechas y tortuosas conducen a plazas escondidas, iglesias medievales y piedras antiguas que han visto siglos de cambios. A diferencia del Born, que respira un pasado más mercantil y artístico, el Barrio Gótico es donde los gobernantes tomaban decisiones, donde los romanos construían templos y donde la historia aún susurra en cada esquina. Exploremos.

1. Basílica de Santa María del Pi

Empezamos en Santa Maria del Pi, una sólida e imponente iglesia gótica. Su enorme rosetón es uno de los más grandes de Europa, e inunda el interior de luz de colores. Construida en el siglo XIV, esta basílica ha sobrevivido a terremotos, incendios y guerras. El nombre «Pi» procede del pino que había delante. Sube a su campanario para disfrutar de una de las mejores vistas panorámicas del casco antiguo de Barcelona.

2. El Barrio Judío (El Call)

A pocos pasos, entramos en El Call, el barrio judío medieval de Barcelona. Antes de su expulsión en 1492, la comunidad judía de la ciudad prosperaba aquí. Callejuelas estrechas y patios ocultos revelan las huellas de su pasado. Uno de los lugares más fascinantes es la antigua sinagoga, una de las más antiguas de Europa. Es pequeña, casi secreta, pero de pie en su interior, sientes el peso de la historia. Si te fijas bien en algunas paredes, puede que veas inscripciones en hebreo aún visibles después de siglos.

3. La Muralla Romana

Las raíces de Barcelona se remontan a los romanos. Partes de las antiguas murallas de la ciudad siguen en pie, algunas integradas en edificios modernos. Los tramos mejor conservados están cerca de la Plaça Nova, junto a la Catedral. Estas piedras llevan aquí desde el siglo III, un recordatorio de que Barcelona, antaño llamada Barcino, fue una colonia romana antes de convertirse en una potencia medieval.

4. La Catedral de Barcelona

No confundir con la Sagrada Familia, la Catedral de Barcelona es una obra maestra de la arquitectura gótica catalana. Su altísima fachada, construida en el siglo XIX, esconde un interior que data del siglo XIII. Dentro encontrarás capillas impresionantes, techos altos y un claustro donde viven 13 ocas blancas, una tradición en honor a Santa Eulalia, copatrona de la ciudad. Cada piedra cuenta aquí una historia de fe y poder.

5. Plaça del Rei

Esta tranquila plaza es donde ocurrió la historia. Rodeada de edificios medievales, es como retroceder en el tiempo. El Palau Reial Major fue una vez el hogar de los condes de Barcelona y más tarde de los reyes de Aragón. Algunos dicen que Colón fue recibido aquí por los Reyes Católicos tras su primer viaje a América. El museo subterráneo bajo la plaza revela ruinas romanas, que muestran cómo se ha ido construyendo Barcelona capa a capa a lo largo de los siglos.

6. Templo de Augusto

Escondidas en un pequeño patio, cuatro columnas se alzan como silencioso homenaje al pasado romano de Barcelona. Pertenecen al Templo de Augusto, construido hace más de 2.000 años. Es increíble cómo han sobrevivido estos restos antiguos, ocultos entre edificios medievales y modernos. Es uno de esos lugares en los que de repente te das cuenta de lo profunda que es la historia de Barcelona.

7. Puente del Bisbe

Un corto paseo nos lleva a uno de los lugares más fotografiados del Barrio Gótico: el Pont del Bisbe. Este puente neogótico, construido en 1928, une dos edificios sobre la calle del Bisbe. A pesar de sus orígenes modernos, se integra tan bien en el entorno que parece antiguo. Fíjate bien y verás una pequeña calavera con una daga oculta en el diseño. La leyenda dice que la mala suerte persigue a quienes caminan bajo ella… a menos que caminen hacia atrás.

8. Plaça Sant Jaume

Nuestra última parada es la Plaça Sant Jaume, centro político de Barcelona desde hace más de 2.000 años. Aquí se enfrentan los dos edificios más importantes de la ciudad: el Ayuntamiento y el Palau de la Generalitat, sede del gobierno catalán. Esta plaza ha sido testigo de revoluciones, celebraciones y discursos históricos. Incluso hoy, sigue siendo el lugar donde se forja el futuro de Barcelona.