Atenas esencial: Plaka + Monastiraki

Plaka y Monastiraki son como entrar en una máquina del tiempo que también cruza fronteras. Estos barrios te permiten viajar a través de siglos de historia ateniense al tiempo que evocan lugares mucho más allá. En un momento estás bajo la sombra de los arcos romanos, y al siguiente, deambulas por calles que parecen un pueblo isleño, gracias al encanto cicládico de Anafiotika. A la vuelta de cada esquina, se despliegan las capas de Atenas: templos clásicos, mezquitas otomanas, iglesias bizantinas y la vida moderna que bulle en los antiguos mercados.

Hoy recorreremos estos barrios emblemáticos, siguiendo los pasos de emperadores, mercaderes y filósofos.

Comenzaremos nuestro viaje en el Arco de Adriano, una sorprendente puerta entre dos mundos. Construido en el año 132 d.C. en honor del emperador Adriano, este arco se alzaba en el umbral de la antigua Atenas y la nueva ciudad romana de Hadrianópolis.

Desde aquí, serpenteamos por las calles de Plaka, el «barrio de los dioses». Plaka es uno de los barrios más antiguos de Atenas, con historia incrustada en sus propias paredes. Escucha el sonido del bouzouki que sale de las tabernas y respira el aroma del souvlaki a la parrilla. No pierdas de vista Anafiotika, un encantador rincón de casas encaladas construidas por isleños en el siglo XIX.

A continuación, llegamos al Ágora romana, un espacio abierto que sirvió de bullicioso mercado en la época romana. Financiada en parte por Julio César y Augusto, esta ágora se convirtió en el centro comercial de la ciudad. Aquí destaca la Torre de los Vientos, una singular estructura octogonal, antigua estación meteorológica y reloj de agua, que demuestra lo innovadores que eran los atenienses.

Al continuar, llegamos a la plaza de Monastiraki, el corazón palpitante de la Atenas moderna. Es un torbellino de colores, sonidos y olores. Los vendedores ambulantes pregonan de todo, desde sandalias de cuero hasta antigüedades. Por encima, se alza la majestuosa Acrópolis, que ofrece un impresionante contraste con el caos de abajo. No te pierdas la Mezquita Tzistarakis, una reliquia de la época otomana, ni la iglesia bizantina de la Pantanassa, que ocupa tranquilamente su lugar en medio del bullicio. Si eres un cazador de tesoros, sumérgete en el mercadillo que hay junto a la plaza: hay una historia detrás de cada baratija.

Nuestro viaje en el tiempo nos lleva al Ágora Antigua, un extenso lugar que fue en su día el centro de la vida ateniense. Considéralo el lugar de nacimiento de la democracia. Aquí, Sócrates interrogaba, Platón enseñaba y los ciudadanos debatían. Lo más destacado es el Templo de Hefesto, uno de los templos mejor conservados de la Antigüedad. Dedicado al dios de la artesanía y el fuego, es una maravilla de la arquitectura dórica. Fíjate en los frisos que representan a Hércules y Teseo, héroes míticos grabados para siempre en la piedra.