Leisure and relax in Budapest

4.8

Este recorrido se realiza a un ritmo más lento. No se trata de marcar casillas. Se trata de empaparse de todo. La elegancia, los sabores, la música, el agua. Budapest no son sólo estatuas e historias: son cafés, vapor y largas tardes que se alargan hasta el anochecer. Esta ruta serpentea por lugares donde la ciudad respira tranquila. Lugares donde los lugareños se detienen y los visitantes hacen una pausa. Empecemos donde se levantan las cortinas de terciopelo.

La Ópera Estatal de Hungría no es sólo un templo de la música. Es un espectáculo antes del espectáculo. Inaugurada en 1884, es pequeña para los estándares europeos, pero su acústica es de primera clase. El arquitecto Miklós Ybl la dotó de oro, mármol y dramatismo. Francisco José financió parte de ella, con la condición de que no eclipsara a la ópera de Viena. Así que la hicieron más pequeña, pero más rica en detalles. En el interior, la araña pesa más de tres toneladas. Aunque no asistas a una representación, haz una visita guiada. El propio edificio canta.

Un corto paseo nos lleva a Gozsdu Udvar. No esperes paz y tranquilidad. Espera copas que tintinean, carcajadas, olor a comida procedente de cinco direcciones. Es una cadena de patios, antes residenciales, ahora un hervidero de bares, restaurantes y mercados improvisados. Los fines de semana hay puestos de antigüedades y música en directo. Las noches entre semana bullen de energía. Algunos lugareños dicen que es demasiado. Pero la mayoría sigue acudiendo. Tómate algo. Siéntate fuera. Mira el mundo pasar.

Siguiente parada, la plaza Erzsébet. En verano, el césped se llena de gente. Estudiantes desparramados, parejas compartiendo cervezas, músicos rasgueando. En el centro está la noria gigante de Budapest. Súbete para dar una vuelta lenta y disfrutar de una gran vista. Alrededor, los cafés sirven limonada, vino, cócteles… lo que pida el momento. Bajo tierra, un popular club se esconde debajo de la plaza. En la superficie, todo parece abierto.

Unas manzanas más abajo, la calle Váci se extiende por la ciudad como un desfile comercial. Aquí es donde los que miran escaparates se encuentran con los que buscan recuerdos. Está llena de marcas internacionales, tiendas de diseño húngaro, panaderías y algún que otro artista callejero. Mira hacia arriba de vez en cuando. Algunas fachadas son más antiguas de lo que parecen. Váci ha sido un lugar de paseo durante generaciones. A veces abarrotado, siempre animado.

Pasamos al Gran Mercado. Construido en la década de 1890, sigue siendo la despensa de la ciudad. Los lugareños acuden temprano a por productos frescos y carne. Los turistas entran a media mañana en busca de pimentón, salami y las vistas. Arriba, encontrarás comida callejera húngara: goulash, lángos, repollo relleno. Algunos demasiado caros, otros perfectos. El olor a encurtidos, salchichas y pimientos asados se mezcla en el aire. Es ruidoso, colorido y real.

Y luego, lo ralentizamos todo en los Baños Gellért. Adosada al Hotel Gellért, la casa de baños se inauguró en 1918, alimentada por fuentes termales naturales. En el interior, los azulejos, columnas y ventanas de estilo Art Nouveau convierten el espacio en algo parecido a una catedral de vapor. Encontrarás piscinas calientes, baños fríos, saunas y una piscina de olas en el exterior. Los lugareños vienen a remojarse. Los turistas vienen a asombrarse. No es sólo relajación, es un ritual. Algunos leen libros en el agua caliente. Otros simplemente flotan. Puede que el edificio cruja por el paso del tiempo, pero el agua hace maravillas.

LUGARES QUE VISITARAS

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    5€
    25 TTR
    Fecha

    Cualquier día

    Lugar de inicio

    Ópera Nacional de Hungría

    Distancia recorrida

    3579

    Duración

    43

    Idioma

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