Florencia esencial

4.9

Vamos a recorrer la Florencia esencial. Un recorrido compacto, pero lleno de significado: historias talladas en piedra, pintadas de colores y transmitidas como susurros de un siglo a otro. Nueve paradas. Cada una lleva un trozo de lo que hace inolvidable a esta ciudad.

Empezamos en el Ponte Vecchio. Es más que un puente: es una historia de supervivencia. Reconstruido en el siglo XIII tras una inundación, estuvo repleto de carniceros hasta que el hedor obligó a los Medici a sustituirlos por orfebres. Hoy, las tiendas siguen allí, asomadas al agua. Por encima de ellas corre el Corredor de Vasari, una pasarela secreta construida para que Cosme I cruzara el río sin mezclarse con la multitud.

Ese corredor nos conduce directamente a la Galería de los Uffizi. Es difícil no sentir aquí el peso de la historia. La Venus de Botticelli. La serena Anunciación de Leonardo. La violenta belleza de Caravaggio. La Galería empezó siendo una oficina del gobierno, pero los Medici la convirtieron en su cámara acorazada personal de obras maestras, y ahora podemos pasear por ella.

Desde los Uffizi, hay un corto paseo hasta Santa Croce. En su interior, parece la última morada de los genios. Miguel Ángel, Galileo, Maquiavelo, todos enterrados bajo el mismo techo. Las paredes están cubiertas de frescos de Giotto, y aquí es donde, en 1817, Stendhal se sintió tan abrumado por la belleza que estuvo a punto de desmayarse. Esa sensación aún resuena en el silencio de sus capillas.

Un poco más allá está el Palazzo Vecchio. Una fortaleza medieval por fuera, un palacio de los Medici por dentro. La Sala de los Quinientos fue antaño el lugar donde los ciudadanos debatían el futuro de la república. Cosme I lo convirtió en su sala del trono. Escaleras secretas, pasadizos ocultos: era un palacio diseñado para gobernar y proteger al mismo tiempo.

Sal fuera y ya estás en la Piazza della Signoria. Estatuas por todas partes. La réplica de David. La fuente de Neptuno. Perseo con la cabeza de Medusa. Cada escultura cuenta una historia. En el suelo, una pequeña placa de mármol señala el lugar donde fue ejecutado Savonarola, el ardiente predicador, quemado en la misma plaza donde una vez dirigió a las multitudes.

Luego está el Baptisterio de San Giovanni. Uno de los edificios más antiguos de Florencia, con mosaicos dorados que cubren el techo y las «Puertas del Paraíso» de bronce de Ghiberti frente al Duomo. En el interior, la cúpula está llena de luz y juicio, mientras ángeles, demonios y santos se arremolinan en un drama intemporal.

Justo al lado se alza la Catedral de Santa María del Fiore. La cúpula es la estrella. Brunelleschi la diseñó sin andamios, sin red de seguridad, sólo pura invención. Una estructura de doble cúpula, unida por la lógica y los nervios. Sube a ella y sentirás el genio bajo tus pies.

A pocos minutos, encontrarás San Lorenzo. Más sencillo, más tranquilo. Ésta era la iglesia parroquial de los Médicis. Brunelleschi también dejó aquí su huella: en la geometría, en la claridad. Los púlpitos de bronce de Donatello casi susurran sus historias. Y en la Sacristía Nueva, Miguel Ángel esculpió tumbas donde el tiempo mismo parece estirarse y doblarse.

Última parada: la Galería de la Academia. Sí, el David está aquí. Pero no te saltes los Prisioneros inacabados, figuras aún medio atrapadas en la piedra. Miguel Ángel no los pulió. Dejó que lucharan. Y en esa lucha, respiran.

by Samuel Angulo

LUGARES QUE VISITARAS

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    Fecha

    Cualquier día

    Lugar de inicio

    Ponte Vecchio

    Distancia recorrida

    3017

    Duración

    426

    Idioma

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