La City de Londres es el lugar donde empezó todo: una milla cuadrada que mezcla raíces romanas, intrigas medievales y arquitectura de vanguardia. Como corazón financiero de Londres, palpita con energía al tiempo que guarda siglos de historia. Este es el tercero de nuestros cuatro recorridos por el Londres Esencial, y hoy exploraremos sus lugares emblemáticos, sus joyas ribereñas y sus vistas desde el cielo.
Comenzamos en la orilla sur del Támesis, en la Tate Modern, ubicada en una antigua central eléctrica. Este llamativo edificio de ladrillo es ahora una de las principales galerías de arte contemporáneo del mundo, con obras que van de Picasso a Warhol.
Aunque no seas un aficionado al arte, el edificio en sí merece una visita. Su Sala de Turbinas alberga a menudo instalaciones monumentales por las que puedes pasear, trepar o incluso tumbarte debajo. Y la cafetería ofrece unas vistas impresionantes del río y de la catedral de San Pablo, al otro lado.
Consejo: La entrada a la colección permanente es gratuita, así que puedes entrar y salir cuando quieras.
Un corto paseo por el río te lleva al Shakespeare’s Globe, una fiel reconstrucción del teatro original de 1599 donde se representaban las obras de Shakespeare.
Imagínate sentado hombro con hombro con el público isabelino mientras Hamlet reflexionaba sobre «ser o no ser». El diseño al aire libre hace que la experiencia sea auténtica, y sí, eso significa que a veces llueve a mitad de la representación, ¡igual que en la época de Shakespeare!
Echa un vistazo a la exposición para conocer mejor el mundo del Bardo o, si tienes suerte, asiste a una representación en directo bajo las estrellas.
Desde el Globe, entra en el elegante Puente del Milenio, cariñosamente apodado el «Puente Tambaleante» después de que se balanceara espectacularmente el día de su inauguración en 2000. No te preocupes, ahora está perfectamente estable.
Este puente peatonal ofrece unas vistas impresionantes de Londres. A un lado, la catedral de San Pablo se alza majestuosa; al otro, la resplandeciente Tate Modern y el Shard se elevan sobre la ciudad. Es uno de los lugares favoritos de los fotógrafos y de los fans de Harry Potter: este lugar apareció en El príncipe mestizo.
Al otro lado del puente se alza la Catedral de San Pablo, obra maestra de Sir Christopher Wren y uno de los monumentos más emblemáticos de Londres. Su imponente cúpula ha dominado el horizonte desde 1710 y sobrevivió al bombardeo de la II Guerra Mundial, convirtiéndose en un símbolo de resistencia.
En el interior, sube los 528 escalones hasta la Galería de los Susurros para vivir una experiencia acústica peculiar: puedes oír susurros que recorren la cúpula. Si llegas hasta lo más alta de la cúpula podrás disfrutar de unas impresionantes vistas panorámicas desde la Galería Dorada.
Dato curioso: la princesa Diana y el príncipe Carlos se casaron aquí en 1981, acaparando los titulares de todo el mundo.
Siguiendo hacia el distrito financiero, pasamos por Mansion House, la residencia oficial del Lord Mayor de Londres -¡no confundir con el Primer Ministro o el Alcalde de Londres!
Construido en el siglo XVIII, este elegante edificio georgiano abre ocasionalmente sus puertas para visitas guiadas, revelando opulentas habitaciones y tesoros, incluido el carruaje de Estado utilizado en el espectáculo anual del Lord Mayor. Es un recordatorio del gobierno único de la ciudad y de sus tradiciones centenarias.
La siguiente parada es Leadenhall Market, un mercado cubierto de la época victoriana con una historia que se remonta a la época romana. Su ornamentada herrería y su tejado de cristal lo convierten en un regalo para la vista, y en un lugar de rodaje de Harry Potter (aquí se escinificó el Callejón Diagon).
Hoy en día, el mercado es un animado lugar de compras, acogedores bares y bocados gourmet. Párate a tomar un café o deléitate con un pastel de uno de los puestos artesanos.
Consejo: Fíjate bien en los adoquines: estás caminando sobre capas de historia. Bajo tus pies yacen restos de la ciudad romana de Londinium.
Para cambiar de perspectiva, dirígete al Sky Garden, un exuberante oasis en lo alto del rascacielos «Walkie Talkie». Este jardín gratuito y acristalado ofrece vistas de 360 grados de los monumentos de Londres, desde el Shard hasta la Torre de Londres.
Contempla las vistas mientras paseas entre plantas exóticas o te relajas con una copa en el bar. Se recomienda reservar con antelación, pero una vez dentro, es fácil ver por qué es uno de los secretos mejor guardados de Londres.
Un corto paseo a lo largo del río nos lleva a la formidable Torre de Londres, un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO con casi mil años de historia. Construida por Guillermo el Conquistador en 1066, ha sido palacio real, prisión e incluso zoológico.
Hoy alberga las Joyas de la Corona, deslumbrantes símbolos de la monarquía británica. No te pierdas a los famosos Yeoman Warders, o «Beefeaters», que dirigen visitas guiadas repletas de espeluznantes historias de intriga y traición.
Fíjate también en los cuervos. La leyenda dice que el reino caerá si salen de la torre, por lo que se les trata como a VIPs.
Terminamos en el Puente de la Torre, una maravilla de la ingeniería victoriana. Inaugurado en 1894, este diseño basculante (puente levadizo) permite el paso de barcos sin dejar de conectar ambas orillas del río.
Atraviesa la pasarela con suelo de cristal para disfrutar de una vertiginosa vista del Támesis, o programa tu visita para ver cómo se eleva el puente, un espectáculo impresionante. Por la noche, su estructura iluminada se refleja maravillosamente en el agua, convirtiéndolo en uno de los lugares más fotogénicos de Londres.
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