Basilea para niños

4.9

¿Estás preparado para una aventura por Basilea? Esta ciudad está llena de historias, sorpresas e incluso algo de magia oculta. Basilea se encuentra justo donde confluyen Suiza, Alemania y Francia, como una encrucijada secreta. Y hoy vamos a explorarla a través de caballeros, juguetes, fuentes e incluso pintura voladora. ¡Vamos allá!

Nuestro viaje comienza en Spalentor, el antiguo guardián de Basilea. ¡Mira hacia arriba! ¿Ves esa enorme puerta de piedra? Hace mucho tiempo, caballeros y mercaderes pasaban por aquí, llevando mercancías, historias, ¡y puede que incluso algún que otro secreto! ¿Te imaginas estar aquí de pie, con armadura, defendiendo la ciudad? Las gruesas puertas de madera solían cerrarse herméticamente por la noche para mantener a todos a salvo. ¿Y adivina qué? ¡Lleva más de 600 años vigilando Basilea! ¿Quién crees que fue la última persona que cerró esas puertas?

Si caminamos un poco más, ¡nos encontraremos en Marktplatz! Aquí es donde Basilea se vuelve ruidosa: gente vendiendo frutas, quesos, pan fresco. ¿Lo hueles? Esta plaza ha sido un mercado durante siglos, como en la Edad Media. Y mira ese edificio rojo brillante: ¡el Ayuntamiento de Basilea! Parece un castillo, ¿verdad? Las pinturas de las paredes cuentan viejas historias. Fíjate en el caballero dorado del balcón: ¡lleva ahí más de 500 años! ¿Crees que se cansa alguna vez?

Ahora, ¡vamos a buscar los colores! Si giramos hacia Gerbergässlein, encontraremos paredes que no son sólo paredes: ¡son lienzos gigantes! Los artistas callejeros pintan de todo, desde criaturas salvajes hasta caras divertidas. Algunas obras aparecen de la noche a la mañana, ¡como por arte de magia! ¿Qué pintarías si tuvieras una pared entera para ti solo?

A continuación, busquemos algo lúdico: ¡el Museo del Mundo de los Juguetes! Dentro nos esperan miles de ositos de peluche, muñecas y trenes de juguete. Incluso hay toda una pequeña ciudad donde se mueven figuritas, ¡como en la vida real! Si tuvieras que elegir un solo juguete de la historia para llevarte a casa, ¿cuál sería?

¡Hora de refrescarse! Nuestra siguiente parada es la Fuente Tinguely, pero no es una fuente cualquiera: ¡está viva! Se mueve, lanza chorros de agua y juega como un equipo de graciosos robots. Al artista Jean Tinguely le encantaba hacer máquinas que parecieran tener mente propia. Fíjate bien: ¿ves alguna que te recuerde a un pulpo bailarín?

Si seguimos el sonido de las campanas de la iglesia, llegaremos a la catedral de Basilea. Esas dos torres son como atalayas gigantes sobre la ciudad. El tejado está cubierto de tejas de colores, brillantes como una colcha de patchwork. Dentro, hay rincones ocultos, tumbas antiguas, ¡e incluso un lugar secreto donde está enterrada una reina! ¿Crees que está embrujada? Llamemos a la puerta a ver si alguien responde…

Una última parada: ¡algo desordenado y maravilloso! En el Museo del Molino de Papel no se trata sólo de mirar, ¡se trata de hacer! Prueba a sumergir un tamiz en un charco de pulpa y sacar una hoja de papel de verdad, como se hacía hace 500 años. Si escribes un mensaje secreto en ella, ¿quién sabe? ¡Quizá alguien lo encuentre dentro de otros cien años!

by Alessio Ferrari

LUGARES QUE VISITARAS

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    Fecha

    Cualquier día

    Lugar de inicio

    Spalentor

    Distancia recorrida

    2816

    Duración

    76

    Idioma

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